EUROPA
PRESS
15 noviembre
2019
Tener
un buen estado físico puede retrasar la demencia en mayores hasta dos años
Mejorar la forma física puede
significar vivir más tiempo sin demencia, según ha concluido un estudio
realizado por investigadores de la Norwegian University of Science
and Technology (NTNU), y
que se ha publicado en la revista 'The Lancet Public Health'.
"Es importante decir que nunca es demasiado tarde para
empezar a hacer ejercicio. El participante promedio en nuestro estudio tenía
alrededor de 60 años de edad al inicio, y la mejoría en el estado
cardiorrespiratorio se relacionó con un menor riesgo de demencia. Aquellos que
tenían un mal estado físico en la década de 1980 pero lo mejoraron en la
siguiente década podrían esperar vivir dos años más sin demencia", explica
Atefe Tari, el líder del
estudio.
La demencia implica una disminución progresiva de las
funciones cognitivas, lo suficientemente grave como para interferir con la
capacidad de vivir de forma independiente. La enfermedad de Alzheimer es la
forma más común. Para 2050, se estima que 150 millones de personas en el mundo
padecerán demencia, lo que representa el triple de la incidencia actual. Los
hombres viven en promedio cinco años después de haber sido diagnosticados con
demencia, mientras que las mujeres alrededor de siete.
"Dado que actualmente no existe ningún medicamento
eficaz para la demencia, es importante centrarse en la prevención. El ejercicio
que mejora el estado físico parece ser uno de los mejores medicamentos para prevenir
la demencia", apunta Tari, que ha medido el
nivel de condición física de los participantes durante dos veces con diez años
de diferencia. Por lo tanto, han podido evaluar cómo los cambios en el estado
físico a lo largo del tiempo se relacionan con el riesgo de demencia.
"Si aumentas su estado cardiorrespiratorio de
deficiente a bueno, casi se reduce a la mitad el riesgo de padecer demencia.
También se reduce el riesgo de morir de o con demencia. En nuestro estudio,
cada aumento de 1MET se asoció con un riesgo 16 por ciento menor de desarrollar
demencia y un riesgo 10 por ciento menor de muerte relacionada con la demencia.
Esta es una mejora que es muy alcanzable para la mayoría de la gente",
explica Tari. Un MET es una unidad de medida
utilizada por los investigadores para cuantificar la velocidad a la que una
persona gasta energía en relación con su peso corporal.
Entre 1984 y 1986, casi 75.000 noruegos participaron en la
primera oleada de la encuesta 'HUNT1'. Once años más tarde, se organizó 'HUNT2'
y participaron 33.000 de ellos. Más de 30.000 de ellos respondieron suficientes
preguntas para ser incluidas en los análisis. Los investigadores calcularon la
aptitud cardiorrespiratoria con una calculadora llamada 'Fitness
Calculator'.
Estudios previos han demostrado que aquellos que obtienen
una puntuación baja en esta calculadora tienen un mayor riesgo de ataque
cardíaco, fibrilación auricular, depresión y enfermedad del hígado graso no
alcohólico, y también que generalmente mueren más jóvenes que las personas que
logran un nivel de aptitud física más alto.
Según sus hallazgos, el riesgo de desarrollar demencia fue
40 por ciento menor para aquellos que estaban entre el 80 por ciento con el
mejor estado físico tanto en la década de 1980 como en la de 1990. Además, era
un 48 por ciento más bajo si se había cambiado de un nivel de aptitud física
deficiente a uno más alto entre las dos encuestas.
En otras palabras, el estudio proporciona muy buena
evidencia de que mantener un buen estado físico también es bueno para el
cerebro. Sin embargo, Tari puntualiza que esto no
significa necesariamente que todas las personas que son físicamente activas de
forma regular tengan garantizado un buen efecto sobre la salud cerebral.
"El ejercicio de alta intensidad mejora la condición
física más rápidamente que el ejercicio moderado, y recomendamos que todos
hagan ejercicio con una frecuencia cardíaca alta al menos dos días a la semana.
Un buen estado físico para la edad que se tiene puede retrasar la demencia en
dos años y también vivir dos o tres años más después de ser diagnosticado con
demencia", concluye el científico.